
EL ENEMIGO #1: LA PLACA ATEROSCLERÓTICA
Las placas ateroscleróticas son las responsables de la obstrucción de las arterias, y por lo tanto de los infartos cardíacos y cerebrales, por lo que podemos decir que las placas producen la mayor parte de las muertes a nivel mundial. Son nuestro enemigo # 1.
Si las arterias son una extensa red de tuberías, responsables de llevar sangre con oxígeno y nutrientes a todo el organismo, entonces las placas son como el sarro en el interior de dichas tuberías. Estas placas están compuestas por un núcleo formado principalmente por lípidos (grasa) y una cubierta o cápsula formada por tejido fibroso. Al inicio son muy pequeñas, indetectables, pero allí están y luego progresarán y crecerán, con terribles consecuencias para nosotros.
Con el transcurso de los años, diversos factores harán que la placa progrese, es decir, aumente su tamaño hacia el interior de la arteria, obstaculizando el paso de sangre y terminando por taparla completamente, produciendo un infarto. A estos factores los llamamos factores de riesgo, y son varios, entre ellos la genética del individuo, la hipertensión arterial, los niveles altos de colesterol, la diabetes mellitus, el tabaco, el sobrepeso, la falta de ejercicio y el estrés.
La enfermedad tiene dos características fundamentales: es generalizada, es decir, todas las arterias están afectadas, y es progresiva, lo que significa que las placas crecen de manera continua y permanente.
Cuando la cápsula de una placa se rompe, el interior de la misma entra en contacto con la sangre circulante, lo que produce un coágulo que obstruye la arteria, generándose un infarto.Si bien la genética no la podemos cambiar, si podemos evitar o tratar los demás factores. Asimismo, si tenemos antecedentes familiares de infarto, es importante hacernos un chequeo para buscar la presencia de placas.
Cuando las arterias ya tienen placas, ya no hay forma de desaparecerlas, lo que se hace es administrar medicación para evitar que aumenten su tamaño o que se formen placas en otras arterias.
Si las placas son lo suficientemente grandes como para obstaculizar el paso de la sangre, entonces será necesario realizar una intervención para liberar la obstrucción arterial.