
MI CIRUGÍA DE BYPASS
Le acaban de diagnosticar enfermedad coronaria severa y le indicaron una cirugía de revascularización miocárdica o cirugía de bypass. Está asustado. Le voy a explicar en que consiste.
Diversos factores de riesgo como la hipertensión arterial, la diabetes mellitus, el colesterol elevado, la genética, el sobrepeso y el tabaco, entre otros, le produjeron la enfermedad ateroesclerótica, la cual consiste en la formación de placas en el interior de las arterias, las cuales crecen hacia el interior del vaso obstruyendo el paso de sangre hacia los tejidos. Esto generalmente produce dolor de pecho al realizar esfuerzo, y en casos más severos, produce dolor incluso en reposo, aumentando al máximo la posibilidad de un infarto, el cual puede ser mortal.
Obstrucción progresiva de una arteria vista en un corte transversal
Una vez diagnosticada la enfermedad y conocida la anatomía coronaria mediante un cateterismo cardiaco, se planea la mejor estrategia de tratamiento para el paciente, la cual busca prolongar la vida y darle calidad. Este resumen se refiere a aquellos pacientes en la que se decidió realizar una cirugía.
La cirugía consiste en colocar nuevos conductos vasculares para que la sangre circule a través de estos sin pasar por la zona obstruida. Para esto, es necesario realizar una incisión en el tórax y colocar, en muchos casos, una máquina que asuma las funciones del corazón durante el procedimiento. Luego se procede a colocar los nuevos conductos, los cuales por lo general son venas sacadas de las piernas y la arteria mamaria. Una vez colocados los conductos, la máquina es retirada y el corazón asume nuevamente sus funciones, procediéndose a cerrar el tórax. La cirugía dura entre 6 y 8 horas.
Ilustración que muestra el corazón con sus arterias originales a la izquierda y después de una
cirugía con tres puentes a la derecha
Inmediatamente después de la cirugía el paciente pasa a la unidad de cuidados intensivos, donde se despierta. Al comienzo se sentirá muy incómodo por los tubos y dispositivos colocados, esto incluye el tubo que se coloca por la boca para ayudarlo a respirar, sin embargo, con el paso de las horas estos se irán retirando. Le pedirán realizar ejercicios respiratorios utilizando un sencillo dispositivo. Es muy importante que realice estos ejercicios para evitar problemas pulmonares. Dos días después de la intervención, usted estará en su habitación, podrá sentarse, ponerse de pié y caminar. Entre 5 y 7 días después de la cirugía, si todo salió bien, usted será enviado a casa. Las heridas quirúrgicas estarán completamente cicatrizadas en unas seis semanas. Es normal sentirse cansado los primeros días en casa, la cicatrización de las heridas consume mucha energía. También es normal sentirse algo deprimido, pues uno siente que ya no es el mismo. Esto irá mejorando con los días. La actividad física lo ayudará.
Es importante continuar los controles con su médico, tanto para la revisión y cuidados de sus heridas como para recibir medicación y consejería. Muy probablemente usted será derivado a un programa de rehabilitación cardiaca para que pueda asumir nuevamente su vida familiar y laboral. No olvide que deberá realizar mejoras en su estilo de vida, adoptando hábitos saludables, como comida sana y ejercicio. Lógicamente, a estas alturas, usted ya se despidió del cigarro para siempre. Podrá incluso hacer deporte unas pocas semanas después de la intervención. Su vida sexual no se verá afectada.
Tome en cuenta que aunque es una cirugía mayor, los riesgos son pocos comparados con los riesgos de no operarse. Las complicaciones mayores, como infarto cardiaco, infarto cerebral o muerte se producen en menos del 4% de los pacientes, dependiendo de la edad, factores de riesgo y presencia de otras enfermedades.
Esté atento a la aparición de algún signo de alarma, como dolor en el pecho, falta de aire, alteraciones en el ritmo de su pulso, fiebre o desmayos. En caso de presentarse alguno de ellos, comuníquese con su médico o acuda a emergencia de inmediato.